El Ministerio de Energía y Ambiente, junto con el CECARA y la Fundación SOS Acción Salvaje, implementa nuevas acciones dentro del Programa de Conservación del Águila Coronada, una de las rapaces más amenazadas de Argentina. En Bosques Telteca se monitorean nidos mediante técnicas de escalada y cámaras trampa, se registran ciclos reproductivos y se amplía el conocimiento científico para diseñar medidas efectivas de preservación.
El Ministerio de Energía y Ambiente, en coordinación con el Centro para el Estudio y la Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) y la Fundación SOS Acción Salvaje, continúa con la implementación del Programa de Conservación del Águila Coronada (Buteogallus coronatus), una de las aves rapaces más amenazadas del país.
La iniciativa integra investigación científica, tecnología de última generación y acciones en territorio, con el fin de fortalecer la preservación de esta especie emblemática.
Durante la última campaña, el equipo técnico visitó el área natural protegida Bosques Telteca y zonas de influencia, donde se encuentran identificados varios sitios de nidificación.
Mediante equipamiento especializado de escalada se accedió a algarrobos de gran altura, con el objetivo de monitorear los nidos y colocar cámaras trampa que permitirán registrar de manera continua la actividad reproductiva.
El director de Biodiversidad y Ecoparque, Ignacio Haudet, subrayó que el trabajo busca ampliar el conocimiento sobre la biología reproductiva del águila coronada y diseñar acciones efectivas para su conservación.
“El Departamento de Fauna Silvestre de la Dirección coordina estas tareas con equipos de campo y especialistas en investigación aplicada”, sumó Haudet.
Monitoreo tecnológico
La instalación de cámaras trampa es estratégica, ya que se colocan de forma tal de no molestar a los animales filmar en nidos estratégicos, durante la temporada reproductiva septiembre y octubre.
Esto dará la posibilidad de documentar todo el ciclo: desde la llegada de las parejas, la incubación de los huevos, hasta el desarrollo de los pichones.
Junto con estos monitoreos se llevan adelante censos en rutas y caminos, encuestas a productores rurales y georreferenciación de árboles nido, lo que permite detectar nuevos territorios reproductivos y orientar medidas de protección.
Investigación genética y satelital
El plan de trabajo contempla la toma de muestras de sangre y plumas para determinar el sexo de los ejemplares mediante técnicas moleculares, así como la colocación de emisores satelitales a juveniles, con el objetivo de registrar sus desplazamientos al abandonar el nido.
También se recolectan plumas de los parentales para estudios de filiación genética. En etapas avanzadas de crecimiento, los pichones son anillados y medidos para obtener información sobre su desarrollo y tasas de supervivencia.
Luego del período reproductivo del águila, el proyecto continuará con relevamientos de predadores potenciales, como el gato montés (Leopardus geoffroyi).
Este análisis permitirá identificar factores de riesgo y causas de pérdida de crías. El material fotográfico y los registros de campo permitirán comprender la dieta del águila coronada, el comportamiento de los ejemplares y las principales amenazas que enfrenta la especie.
Articulación institucional
La campaña cuenta con la experiencia científica de CECARA y la Fundación SOS Acción Salvaje, con la coordinación del Ministerio de Energía y Ambiente a través de la Dirección de Áreas Protegidas, el Departamento de Fauna Silvestre y la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque.
A su vez, productores rurales colaboran con el acceso a sus campos en casos donde los nidos se encuentran fuera de áreas naturales protegidas.
Este esfuerzo conjunto reafirma el compromiso de Mendoza con la conservación de la biodiversidad y con la protección de una especie de gran valor ecológico y cultural para el país.