La Dirección Principal de Asistencia y Tratamiento del Servicio Penitenciario de Mendoza dio lugar a esta práctica, destinada a personas alojadas en establecimientos penales. El objetivo principal es que puedan tener acceso a herramientas que generen bienestar físico, mental, emocional y social.
El programa fundado por Cecilia Ortega busca que quienes se encuentran en contextos de encierro accedan a una experiencia de autoconocimiento y desarrollo integral a través de prácticas basadas en el yoga.
La iniciativa Yoga en la Cárcel se viene gestando hace dos años y medio. Comenzó en el Complejo de Alojamiento Permanente Boulogne Sur Mer, y se expandió luego hacia San Felipe y Almafuerte.
En relación con la importancia de los programas aplicados en contexto de encierro, el yoga es una disciplina que se puede practicar sin necesidad de equipamiento especial o habilidades previas, y que puede contribuir a la convivencia y permanencia de las personas que se encuentran en lugares de alojamiento.
Es importante destacar que este tipo de programas buscan establecer hábitos de vida saludables y reducir conductas reactivas, disminuyendo el riesgo de reincidencia, mediante una mejor reintegración social.
“La experiencia ha sido muy positiva, ya que a las personas privadas de libertad les entusiasma mucho, tanto aprender como poder formarse y compartir este conocimiento con sus compañeros. Además, los beneficios del yoga resultan numerosos, entre ellos encontrar un momento de paz, libertad, calma y la posibilidad de conocerse y conectarse. Este programa trabaja también su autoestima, seguridad, confianza y les permite descubrir su mundo interno”, expresó Ortega.